viernes, 14 de mayo de 2010

Rol del docente en el proceso cognitivo de la etapa preescolar

Desde las primeras semanas, los recién nacidos poseen una capacidad para percibir el mundo que los rodea. Esta percepción ocurre a través de los sentidos. Como se puede suponer, las habilidades de los niños(as) en este aspecto mejoran rápidamente con el paso de los años.

La percepción, necesita de los procesos de sensación (información captada acerca del mundo físico proporcionada por nuestros receptores sensoriales), desde la cual se constituye el proceso en el que seleccionamos, organizamos e interpretamos la información captada por nuestros receptores sensoriales.

Es entonces, una interpretación de la sensación en forma estructurada y puede ser visual, auditiva, táctil, olfativa o gustativa, la cual capacita al ser humano para: distinguir la información necesaria, explorar lo que nos rodea y evitar peligros (obstáculos, trampas,...).

Los niños(as) responden a los sonidos incluso antes de nacer, cuando están en el vientre de la madre y cuando perciben algún ruido intenso se mueven más. Al nacer ya oyen y reaccionan de manera diferente ante las distintas intensidades. Desde los primeros días los bebés son capaces de reconocer las voces de los familiares cercanos y se sienten más atraídos por los sonidos similares a la voz humana.

Estos procesos son las bases para el desarrollo de los procesos cognitivos superiores del ser humano: El lenguaje, el pensamiento y la inteligencia. Es por ello, que los educadores deben brindar a los niños(as), estímulos adecuados en calidad y cantidad, en el momento oportuno.

En las actividades y los juegos que el niño(a) realiza, pone en funcionamiento los procesos básicos de atención, percepción y memoria.

En este sentido, cabe destacar que en el nivel preescolar, las actividades de aprendizaje deben tender a brindar una ayuda al niño(a) para conocer y actuar en la realidad. Para que esto ocurra, es necesario considerar la forma que tienen de aproximarse a ella.

Es sabido que mientras exista una mayor cercanía a ésta, el niño(a) dispondrá de mejores condiciones para apropiarse de ella, ya que tendrá la oportunidad de tener experiencias directas y concretas que le permitirán explorar y descubrir su mundo y darle sentido.

Piaget plantea que las categorías y conceptos que le permiten al niño(a) comprender el mundo que lo rodea, se adquieren en forma paulatina a lo largo de su desarrollo. Es tarea de la educación asegurar las condiciones necesarias para que los niños(as) desplieguen sus potencialidades y capacidades cognitivas, afectivas, sociales y de aprendizaje.

Se debe entonces, tener presente el desarrollo cognitivo del educando, ofreciéndole contenidos que lo conduzcan a la adquisición de conocimientos en todas las áreas del saber humano, y favorezcan el desarrollo de habilidades sociales necesarias y deseables que lo impulsen a la formación de elevados valores y actitudes.

El aprendizaje activo (experiencia directa e inmediata con objetos, personas, ideas y sucesos) es una condición necesaria para la reestructuración cognoscitiva, y en consecuencia, para el desarrollo. Es decir, los niños(as) pequeños aprenden conceptos, forman ideas y crean sus propios símbolos o abstracciones por medio de una actividad auto iniciada (moverse, escuchar, buscar, sentir, manipular, entre otros).

Los niños(a) en esta etapa preescolar, construyen sus propios modelos de realidad, los cuales desarrollan con el transcurso del tiempo en respuesta a nuevas experiencias y a la exposición a otros puntos de vista.

Este tipo de aprendizaje se apoya en el uso de materiales y comienza cuando los niños(as) pequeños(as) manipulan objetos, usando su cuerpo y todos sus sentidos para averiguar acerca de ellos; actuar sobre estos les proporciona algo “real”, sobre lo cual pueden pensar y conversar con los demás. Por medio de estos tipos de experiencias “concretas” con materiales y personas, los niños(as) empiezan gradualmente a formar conceptos abstractos.

Las experiencias por las que el preescolar produce algún efecto en el mundo, resultan decisivas para el desarrollo de los procesos de pensamiento. Esto se debe a que la lógica del niño(a) evoluciona a partir del esfuerzo para interpretar la información que obtuvo por medio de esas experiencias.

Si lo que pretendemos como educadores es que nuestros alumnos(as) lleguen a resolver problemas de manera más inteligente, resulta evidente que la mejor manera de lograr ese objetivo, en esta etapa, consiste en darles muchas oportunidades de trabajar en problemas que les interesen, es decir, problemas que se presentan a partir de los esfuerzos que los niños(as) realizan para comprender el mundo.

La acción por sí sola no es suficiente para el aprendizaje, ya que los preescolares deben interactuar reflexivamente con el mundo que los rodea. Un niño(a) pequeño que toma una pelota de juguete, está en busca de respuesta a una pregunta interna (“¿Qué hará esta cosa?”). Actúa; tomándola, mordiéndola, probándola, tirándola al suelo o empujándola. Una vez que el niño(a) ha actuado, comienza a reflexionar y a responder a su pregunta construyendo un entendimiento personal de lo que hacen las pelotas.

Aprender a entender el mundo, es un proceso lento y gradual en el cual los niños(as) tratan de ajustar las nuevas observaciones con lo que ya conocen o piensan que entienden acerca de la realidad. Como resultado, con frecuencia llegan a conclusiones únicas, que desde el punto de vista adulto, pueden considerarse como erróneas. Por lo tanto, como educadores debemos reconocer que este tipo de pensamiento, es parte del proceso del aprendizaje y razonamiento de los niños(as).

De acuerdo a lo anterior, este proceso involucra todos los sentidos. Cuando los niños(as) exploran un objeto y descubren sus atributos empiezan a entender cómo funcionan las diferentes partes de éste y lo que es realmente. Por lo tanto, se interesan en acoplarlos y comienzan a relacionarlos.

En este contexto, Piaget señala la importancia del educador en el logro de los aprendizajes. Esto se consigue estimulando al niño(a) a plantear sus propios problemas, y no imponiéndoselos, ni dándole las soluciones. El educador debe encontrar continuamente formas nuevas e inteligentes para estimular la actividad del alumno(a) y estar preparado para modificar su acercamiento cuando éste le formule preguntas nuevas e imagine nuevas soluciones. Cuando estos los resultados son falsos o incompletos, el rol del educador consistirá, principalmente, en idear ejemplos contrarios o experimentos controlados para que pueda corregir sus propios errores y encontrar nuevas soluciones por medio de acciones directas.

De acuerdo a John Dewey el educador debe proteger el espíritu de investigación en el alumno y es responsable del conocimiento de los individuos y de la materia, lo que puede facilitar la selección de actividades que permitan, en sí mismas, una organización social en la cual todos los individuos tengan la oportunidad de contribuir en algo; y actividades en las que todos participen como dueños del control.

En este punto, el rol del educador se hace fundamental para apoyar los procesos del desarrollo cognitivo de los alumnos en la etapa preescolar, quienes están en el periodo critico de su proceso, por lo cual el educador debe brindar experiencias que le provoquen variadas necesidades, conflictos e interrogantes, que posibiliten el desarrollo de las habilidades cognitivas . Es así como se constituye no sólo como un guía, sino que también como un pilar en el crecimiento de cada individuo.

Queremos mostrar en el siguiente video, actividades que permiten desarrollar el pensamiento congnitvo del preescolar de acuerdo a su percepción.