jueves, 3 de junio de 2010

El desarrollo del lenguaje y la primera infancia como su periodo critico

¡Hay que actuar a tiempo!


El proceso de adquisición del lenguaje comienza en etapas muy tempranas, incluso antes del nacimiento. Estudios afirman que aproximadamente a los 5 meses de desarrollo intrauterino, el feto es capaz de escuchar y percibir los ruidos provenientes del exterior familiarizándose con estos.

Así, por ejemplo, se han revelado investigaciones en niños sordomudos; donde se ha demostrado que los cambios que se producen en los procesos perceptivos del niño, a causa de su déficit auditivo, provocan un desarrollo inadecuado del lenguaje, ya que son excluidos de la comunicación verbal, por lo que se les será difícil reflexionar sobre su realidad, por medio del lenguaje verbal.

En un sentido cronológico, los niños en un comienzo se comunican a través del llanto, luego alrededor de los 6 meses de edad vocalizan sonidos. En seguida, de los 6 a los 9 meses, antes de modular sus primeras palabras, los niños presentan ciertos esquemas de entonación, característicos de la lengua a la que ha sido expuesto, lo que se conoce como balbuceo.

Este va variando y se acompaña de gesticulaciones, lo que correspondería a primeros intentos de comunicación. Ya al año de edad, es común encontrar frases compuestas por una sola palabra, la que tiene el valor de una oración completa, donde el significado varía según el contexto; ésta es la Holofrase, la cual dura aproximadamente hasta el año y medio de edad.

Posterior a esto, alrededor de los 12 a 15 meses el niño comienza a emitir frases de 2 palabras y va aumentando paulatinamente su capacidad de comprensión del lenguaje más complejo. Entre el año y medio y los 2 años de edad, ya posee un vocabulario cercano a las 50 palabras y se va estructurando de a poco la oración, demostrando un creciente interés para comunicarse por medios orales. Entre los 2 años y los 2 años y medio aparecen las frases de 3 palabras y posteriormente de 4 palabras.

La oración simple comienza a aparecer en varias formas, aunque hay evidentes simplificaciones y errores gramaticales. De los 3 años hacia adelante aumenta su vocabulario las oraciones son más largas y más complejas, al igual que su nivel comprensivo, para alcanzar a los 5-6 años un lenguaje muy similar al de un adulto, el cual se complejizará aún más en la etapa escolar.

Así nos damos cuenta, que el desarrollo del lenguaje tiene su apogeo, entre los 6 meses y los 5 años de vida, periodo conocido como: “el periodo critico” del lenguaje, es decir, es en esta etapa donde lo desarrollaran adecuadamente y no en otra, aquí los niños son muy sensibles a ser favorecidos por una adecuada estimulación, o a ser dañados por la falta de ésta y deben ser aprovechados al máximo para asentar en el niño una buena capacidad lingüística.





Debido a lo anterior es sumamente importante que, no sólo quienes se ocupan directamente de tratar los problemas de lenguaje, conozcan y manejen acerca del adecuado desarrollo del lenguaje y frente a que características deben guiar a los padres para consultar a tiempo. Deben ser los profesionales que viven, la mayor parte de esta etapa, junto a los niños, es decir los educadores, los que deben considerar el estudio del lenguaje un tema importante dentro de su quehacer diario, puesto que las alteraciones y retrasos en el proceso de adquisición del lenguaje tendrán repercusiones directas sobre el normal desarrollo y adaptación del niño a su medio y lo limitarán en su desempeño en el mundo que lo rodea.

Estudios realizados arrojan algunos porcentajes: el 57% de los niños y el 65% de las niñas que tienen retardo del lenguaje, presentan problemas para aprender a leer. Asimismo, el 30% de los niños con dificultades serias en la lectura y la ortografía tienen deficiencias en el lenguaje. Se aprecia de este modo que un retardo para aprender a hablar conlleva, generalmente, dificultades o retrasos para aprender a leer y aprender en el colegio. Es por esto, que hay que diagnosticarlas y tratarlas a tiempo.

Las patologías más frecuentes que podemos encontrar en la etapa preescolar son:

Retraso del lenguaje: Los niños hablan como niños de menor edad, acortan palabras, cambian un sonido por otro, etc., y a veces alteran el orden de las oraciones.

Trastorno fonológico: Los niños solo presentan dificultades con los sonidos de las palabras los invierten, cambian, u omiten.

Trastorno especifico del lenguaje: esta afectado su nivel fonológico, su morfosintaxis (la estructura de las oraciones), la semántica (vocabulario) y lo pragmático (interacción con otro hablante). Además este trastorno puede ser sólo expresivo, o mixto; cuando se afecta también la comprensión.

Mutismo selectivo: son niños que solo hablan con algunas personas, aquellas de mayor Apego, se afecta el nivel pragmático, y generalmente se asocia a problemas psicológicos

Trastornos de Lenguaje Asociados: existen patologías de base, que conllevan un trastorno de lenguaje, como los son las hipoacusias (sordera), el retraso mental, los trastornos del desarrollo (espectro autista).

Son variadas las patologías que podemos encontrar en esta etapa y tratarlas a tiempo es fundamental, como también estimular adecuadamente esta función cognitiva superior en aquellos niños sin problemas, ya que como hemos mencionado, el lenguaje es primordial, pues constituye, el medio básico de comunicación social y revela además, la madurez lograda en los procesos del pensamiento (Bravo, 1990). Desde este punto de vista -ampliamente aceptado-, se considera que el proceso de aprendizaje del lenguaje representa una de las habilidades esenciales del ser humano y ha sido vinculado con el pensamiento, entendiéndose éste como las diversas actividades mentales como razonar, resolver problemas y formar conceptos (Davidoff, 1984).

Por tanto, el lenguaje así como el pensamiento, son elementos esenciales en el desarrollo de las personas ya que permiten el aprendizaje y la adquisición gradual de los conocimientos, además de favorecer el desarrollo de la actividad mental.

Para estimular el lenguaje y el pensamiento, como educadores, podemos basarnos en los procesos cognitivos básicos y desarrollar actividades multisensiorales, tales como:

- Actividades de atención, tanto a estímulos auditivos, sonidos de ambiente, del cuerpo.etc; como a estímulos visuales.
- Trabajar la percepción a través del reconocimiento de semejanzas y diferencias entre objetos, distinguirlos por la forma y el tamaño, distinguir colores, texturas etc.
- lograr un adecuado esquema corporal y bucal a través de la propiocepción
- Diseñar distintos juegos para motivarlo y hacer que atienda en forma selectiva al lenguaje y discrimine los distintos sonidos de las letras (fonemas).- Considerando las teoría de Piaget podemos desarrollar la capacidad simbólica, a través de juegos de roles, lectura de cuentos breves y coloridos (para llamar su atención).
- Imitar acciones con objetos de la vida real, además de reconocer imágenes y/o objetos, por diferentes categorías.
- Darles el mayor número posible de oportunidades para que se expresen oralmente, vocalizando y no mostrando lo que quieren
- Ampliar su vocabulario, enseñarle sinónimos de las palabras que él usa, contestando preguntas como: ¿Para qué sirve la nariz, la boca...?
- Explicar el contenido de dibujos, láminas, fotografías
- Iniciar en juegos de palabras: adivinanzas, letrillas, trabalenguas.
- Estimular sus propias expresiones y explicaciones

Según las actividades propuestas es necesario para el desarrollo del lenguaje ciertas condiciones, como la integridad sensorial del sistema nervioso periférico y central, la integridad psicológica, emocional y afectiva y por último, las experiencias u oportunidades de aprender, además de aprovechar el periodo crítico para esto.

Sin estos elementos, el niño no podrá desarrollar en forma sana y normal su habilidad lingüística y se verá afectado por todas las consecuencias que ello implica: dificultades de aprendizaje escolar, fallas en la capacidad comprensiva y expresiva del lenguaje, dificultades en la comunicación con sus pares o quienes lo rodean, lo que conlleva implícito los sentimientos de frustración, de desesperanza y falta de motivación para enfrentar sus dificultades y los desafíos que enfrentara en su futura etapa escolar.

Por eso es siempre un deber para los educadores interiorizarse en el tema y crear conciencia de que; es importante que los niños logren un lenguaje adecuado y correcto, con el apoyo y el estímulo de los padres. Por tal razón el rol del educador es sumamente indispensable porque debe darle las estrategias y generar los espacios necesarios, para que el niño logre un desarrollo adecuado de sus funciones cognitivas, donde el trabajo de la percepción, atención y memoria ayudará de forma indiscutible al desarrollo del lenguaje y del pensamiento. Estando siempre atento a las señales de alerta y a las dificultades que los niños presenten, para actuar a tiempo.






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